Jorge Garcés B.
Para nadie es un secreto que la seguridad viene deteriorándose en todo el territorio nacional. Sin embargo, esto viene pasando hace aproximadamente seis años. Así que no es exclusivamente responsabilidad del actual gobierno, porque también se debe al difícil cuatrienio del expresidente Duque.
Por lo tanto, el cese al fuego debería reconsiderarse en todo el país, porque la “caguanización” de Colombia está fortaleciendo a las economías ilegales. Estamos nadando en cocaína; el microtráfico está envenenando a los jóvenes; la minería ilegal está destruyéndolo todo; la trata de personas, la crisis migratoria y la explotación sexual de menores está dejando en evidencia el declive de nuestra soberanía y el abandono histórico del Estado colombiano sobre la población más inerme.
Recuerdo que se dijo una y mil veces que, después del proceso de paz en La Habana, las instituciones del Estado colombiano debían llenar los vacíos que iban a dejar las Farc en los territorios, pero no se hizo nada. Lo cierto es que la negociación con el Estado Mayor Central, la “guerrilla” que Duque y Petro crearon, no va para ningún lado. El problema con la Segunda Marquetalia y el Clan del Golfo es jurídico y el proceso de paz con el ELN depende del régimen de Venezuela.
Dicen que los atentados en Jamundí, a la Tercera Brigada en Cali, al Gaula de la Armada Nacional en Tumaco, los hostigamientos a Piendamó, Caloto, Toribío y a una base militar en Suarez, Cauca, se deben a un coletazo por las operaciones militares en contra de estos grupos armados ilegales.
Gustavo Petro creía que en tres meses hacía la paz con el ELN como si fuera una especie de Dios separando a Colombia de las tinieblas. Por si fuera poco, hace seis días aproximadamente, el Estado Mayor Central anunció la conformación del Bloque Central comandante Isaías Pardo; y la respuesta del Comisionado de Paz, el señor Otty Patiño fue la de darle la bienvenida y decir que tenían todo el derecho de reorganizar sus estructuras criminales.
En todo caso, sigo creyendo que Gustavo Petro no se quiere eternizar en la Casa de Nariño, porque lo suyo son los discursos, la medianoche, la doble vida y no propiamente la de ejercer como un presidente común y corriente. El problema es que le faltan dos años largos de mandato y tal como van las cosas el país se puede desmoronar y entrar en un estado de cosas inconstitucional.
Me explico: que la Corte Constitucional considere que el gobierno del presidente Petro no está enfrentando como debe ser situaciones que se consideran supremamente graves; permitiendo por acción u omisión la violación sistemática de los derechos fundamentales de los ciudadanos y/o que no esté cumpliendo con sus obligaciones legales y constitucionales para superar o mejorar la vulneración de los derechos.
Por ejemplo, el derecho fundamental a la salud y la obsesión del presidente Petro por administrar lo que la superintendencia nunca debió intervenir, socavando principios básicos de la Constitución de 1991.
LANZA LLAMAS:
Estados Unidos e Israel se preparan para un inminente ataque de Irán por el asesinato de uno de sus generales en un consulado iraní en Siria. Y, por si fuera poco, el secretario de Estado, Antony Blinken afirmó que “Ucrania será miembro de la OTAN”. Crucemos los dedos y contraigamos los glúteos la próxima semana.
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