Jorge Garcés B.
No todos los libros son para ser leídos. Hay libros para mirar, consultar, ignorar o para leerlos por partes; mientras la forma histórica que contiene el texto nos rodea como un animal con hambre, advirtiéndonos de continuar por nuestro camino para no ser devorados por la literalidad de lo inexistente.
Por eso hace días que vengo pensando en informar sobre la muerte del poeta Saulo Batista. Saulo nació de la experiencia con una mujer y su personalidad fue un mecanismo de defensa para trabajar un sinnúmero de traumas. Su poética, con contadas excepciones, destruyó voces y miedos, pero paradójicamente casi que termina con la vida de quien escribe.
El hecho que relato representa el comienzo de una nueva escritura. Batista, sin ningún prestigio, éxito o importancia, escribió cinco libros en los últimos 20 años. Su obra es mi fracaso y en parte mi locura también. En otras palabras, no representa ninguna pena para el lenguaje ni afecta las posibilidades de seguir creando sin suprimir el “yo” del surrealismo anecdótico; de quien quiero volver a ilusionarme para interlocutar lingüísticamente.
Para ello, necesito prescindir de la poética de Saulo y comenzar a traducir con paciencia el “diccionario del alma” y la huella que constituye la naturaleza de otro hombre en ascenso. Sé que escribir significa que no hay vuelta atrás y ese será el destino de Saulo.
Esto que digo tiene tanto ruido como sentido, tanta piola como horizonte y tantas extremidades como los barrotes de una cárcel. Por momentos puede ser una utopía, otras veces una trampa en la que caemos quienes hemos experimentado la desnaturalización del sentido; porque el hombre necesita del lenguaje para hablar y objetar el conflicto. De un lado tenemos al duelo y en el otro lado se encuentra el deseo, separándonos, desdoblándonos, degradando el modelo en marcha que masifica la estructura de un sistema que nos excluye de los conceptos superiores de la lengua.
Por eso este ejercicio no es del todo una reflexión, más bien es un discurso sobre la coexistencia con el problema y de su veracidad o no después de estar 20 años “cantando como los poetas”. Todo, precisamente todo, para abreviar el discurso, el tiempo de la actuación y el engaño de la narración histórica; signos donde se encuentran enterrados los fragmentos de Saulo y un nuevo imaginario que debe comenzar a hablar por sí solo.
El poeta que yo conocía ya no existe y la prisión discursiva que articulaba su artefacto poético tampoco. Entonces, otra realidad se plantea desde hoy, porque otro sentido es posible y una nueva autoridad literaria debe emerger para seguir detrás de la poética; una fugitiva ante la cual cualquier descripción sería un “detalle inútil” para las autoridades. No obstante, hay que buscarla, hay que buscar la belleza que tienen todas las cosas y aprender a detenerse como un pájaro sobre el hilo de una rama.
Desnudo y viviente, esa será mi nueva “realidad concreta”, sin resistencia a la ficción o a la historicidad de las cosas, admitiendo el sondeo de quien experimenta “haber estado ahí” y, que hoy quiere construir un nuevo significado. Esta nueva ilusión es para confesar, modernamente si se quiere, mi respeto y agradecimiento por la defensa que durante 20 años el poeta Saulo Batista hizo de mí. Ya sé de dónde provengo y qué quiero decir.
LANZA LLAMAS. Coincido con Diana Calderón cuando dijo hace unos días en Hora 20 de Caracol Radio que el presidente Petro está abriendo más frentes de batalla que Napoleón. Por otro lado, pareciera que el verdadero “enemigo interno” es la esposa, el hermano y el hijo del primer mandatario. Flaco favor el que le hacen para gobernar.
DOCUMENTO DE REFERENCIA Y/O CONSULTA:
BARTHES, ROLAND. “El susurro del lenguaje. Más allá de la palabra y la escritura”. Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona – 1987.
BATISTA, SAULO. www.saulobatista.com
Muy triste con tu partida Saulo, pero tus libros siguen a mi lado. Libros para ser releídos. Y acertado tu Lanza llamas de hoy. Familles, je vous hais! Como dijo André Gide.
“Vivir es vivir“ decir un poeta. La tranquilidad y felicidad no se busca; está y es una opción. Seguimos a Saulo y seguiremos…
Hola Saulo/Jorge: algo así escribió un señor llamado Michel de Montaigne cuando se encerró en su biblioteca, construida en una torre, y se dedicó a escribir en los últimos 30 años de su vida. Me gustaría regalarte los Ensayos de Montaigne. Son una gran compañía para reflexionar sobre la vida y sobre la escritura.