EL TIGRE
- Jorge B
- hace 1 día
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Jorge Garcés B.
Me he propuesto hacer en las próximas semanas al menos dos reflexiones sobre algunos de los planteamientos de Abelardo de la Espriella e Iván Cepeda. Los dos mejor rankeados y con mayor intención de voto en la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) para las elecciones presidenciales del 2026. Reitero que la idea de este ejercicio será plasmar algunos de sus planteamientos y no mis opiniones o preferencias políticas.
Esta vez el turno es para Abelardo de la Espriella. “El tigre” propone sacar la ideología de género y regresar a Dios a las aulas de clase para no seguir “confundiendo” a los niños. De ser presidente, volverían las cátedras de civismo e historia para dar la batalla cultural y narrativa en igualdad de condiciones, donde la familia “tradicional” vuelva a estar en el centro de la sociedad y junto a los valores fundacionales de la patria, más no al lado de los principios constitucionales de Colombia.
Ahora bien, la contrarrevolución también sería económica. El Estado se reduciría en un 40 % para poder disminuir la carga tributaria de los ciudadanos. Según Abelardo, el tamaño del Estado es proporcional a su corrupción e ineficiencia. Al mismo tiempo, habría una contrarrevolución social para demostrar que los empresarios no son el enemigo.
Entre otras cosas, porque sin la creación de riqueza no habría nada que distribuir o para redistribuir. Además, Abelardo se compromete a brindarle seguridad jurídica y física a los empresarios para aumentar la “confianza inversionista”. El 4 x 1000 se acabaría. El 52 % de la carga impositiva del galón de gasolina también desaparecería. Todas las regulaciones y legislaciones que afectan la libertad de empresa serían derogadas para dinamizar la economía de la mano de los hidrocarburos y la minería. Es decir, que el fracking para liberar gas y petróleo del subsuelo de la nación tendría luz verde.
Los que arruinaron a Ecopetrol y acabaron con el sistema de salud deberán responder penalmente. Esto incluye a Gustavo Petro y a quien le esperaría la cárcel, la extradición o el exilio. “El tigre” también le solicitaría al gobierno norteamericano levantar el sello de la investigación sobre Odebrecht para demostrar que la campaña del expresidente Juan Manuel Santos fue financiada en el 2014 por el conglomerado brasileño.
El “chantaje” de la deuda ancestral y la consulta previa dejarían de existir, porque el desarrollo del país no puede seguir supeditado a estas dos “extorsiones”. Por consiguiente, se reactivaría la construcción de carreteras y de vivienda de interés social. Asimismo, Abelardo propone una contrarrevolución en materia de seguridad, donde el delincuente que no se someta sería “dado de baja” y advierte que su sistema carcelario podría tener muchas similitudes al de Bukele en El Salvador. Por ejemplo, se construirían nuevas cárceles y se liquidaría al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC). Igualmente, se intensificarían los bombardeos y se volverían a fumigar las plantaciones de hoja de coca con glifosato.
Él es consciente que en Colombia se acuestan todas las noches alrededor de 12.5 millones de personas con hambre y que los problemas del país están sobrediagnosticados. De la Espriella también sabe que en Colombia el 25 % de los jóvenes son abiertamente petristas y que serían una piedra en el zapato para su gobierno, porque “Gustavo Petro no sólo engañó a Verónica” …
Abelardo de la Espriella aclara que no pretende ser un “líder intergaláctico”, Premio Nobel de Paz, Secretario General de la ONU y que tampoco quisiera reelegirse, porque entiende que su mandato sería como una especie de “servicio militar” o de servicio a la patria. En consecuencia, su cuatrienio se basaría en “lo que más le convenga a Colombia”. Más aún, durante su presidencia no viajaría fuera del país, despacharía desde los 32 departamentos de la geografía nacional y se posesionaría en una guarnición militar.
En su primer día de gobierno firmaría 90 decretos para “enorgullecer” y proteger a los “colombianos de bien”. Por lo demás, piensa financiar su campaña política construyendo un edificio donde tiene actualmente su oficina en la Zona T de Bogotá. El proyecto consta de 73 suites por un valor de 73 mil millones de pesos y ya vendió el 75 % del proyecto inmobiliario. “El tigre” asegura que habrá un “sold out” en menos de 15 días y que luego piensa recuperar el dinero invertido en la campaña política con la reposición de votos. Por último, Abelardo de la Espriella reitera que su propuesta no es ideológica sino de “extrema coherencia” para reconstruir el país.






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