DEMOCRACIA
- Jorge B
- 30 oct
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Actualizado: 30 oct
Jorge Garcés B.
La democracia es un ideal, porque la expresión de su realidad política y social en el mejor de los casos es una poliarquía. Es decir, el gobierno de muchas personas aproximándose democráticamente a un estado de cosas. De tal manera, que la democracia es imperfecta y utópica por naturaleza.
Además, porque la democracia directa no existe, aunque se suele abusar de los mecanismos de participación para aparentar serlo, pero siempre termina siendo una democracia plebiscitaria. Mientras tanto, una de las razones que explican la crisis de la democracia representativa o liberal en el mundo de hoy es que sólo tiene puentes y salvavidas para el gran capital.
Por otra parte, la radicalidad de los usuarios de las redes sociales y ante la ausencia de un ente regulador, hace tiempo sustituyeron la moderación ciudadana por la nueva ira e intenso dolor. El caso es que las democracias necesitan menos líderes carismáticos y mejores ciudadanos. Mejor dicho, personas informadas y críticas, con una formación integral en valores democráticos, capaces de enriquecer la discusión pública todos los días.
Por lo tanto, en una democracia constitucional como la nuestra no hay que modificar la Carta Magna sino a los gobernantes que les quede grande la organización del Estado Social de Derecho; la separación de poderes; los límites del poder presidencial y las libertades ciudadanas. Así que a la Constitución de 1991 sólo hay que aplicarla y defenderla de quienes pretenden abusar de ella desde adentro.
Algunos de los pasos para destruir una democracia e instaurar una dictadura constitucional son los siguientes: primero, se accede democráticamente al poder. Luego, se crea un enemigo o un antagonista y un movimiento que sea víctima de ese adversario común. Después, se minimiza la violencia verbal del dictador en ciernes y se comienza a introducir el odio y las emociones más tristes entre unos ciudadanos y otros.
Posteriormente, se van suprimiendo las libertades y alterando las narrativas para ir enfermando la psiquis de las personas. Por último, se cambia el orden del Estado y el orden social. Por eso, para que la democracia en Colombia se mantenga sana las instituciones deben ser la resistencia y nosotros los ciudadanos el poder.






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