top of page

EL APASIONANTE CAOS DE LA TIERRA (REPORTAJE ESPECIAL)

garcesbjorge


Jorge Garcés B.

 

 

En estos momentos se está definiendo el nuevo orden mundial y la situación en el Medio Oriente es muy delicada. Tan es así, que Kamala Harris no ha podido vender con soltura un discurso pacifista en Estados Unidos y Trump se viene mostrando como el único capaz de evitar la Tercera Guerra Mundial. Mientras tanto, China realiza ejercicios militares rodeando a Taiwán y Corea del Norte se quiere involucrar en la guerra de Ucrania. Entre otras cosas, ya se viene el invierno para los ucranianos y seguramente Putin querrá atacar el sistema energético para ponerlos en jaque.

 

Lo cierto es que Netanyahu quiere llevar a Estados Unidos a una guerra con Irán y Zelenski quiere llevar a Estados Unidos a una guerra con Rusia. Por otro lado, China no está para nada contenta en la manera como Estados Unidos ha roto históricamente el equilibrio militar en el Medio Oriente, pero lo novedoso es que el ejército israelí se está retirando del Líbano, mientras Hezbolá le lanza cohetes desde el mar.


Por su parte, Israel expulsó a los libaneses más allá del río Litani, pero no pudo seguir avanzando en el sur del Líbano, porque sus fuerzas son permanentemente emboscadas por “los combatientes de Dios”. Además, todo el norte de Israel está siendo bombardeado por los cohetes de Hezbolá y por drones que no se sabe muy bien si provienen de Iraq o de Yemen. Ojalá no sean los yemeníes, porque sería un nuevo frente de batalla (el noveno) y ellos controlan los mares. En todo caso, Beirut no resiste una bomba más.

 

Al mismo tiempo, es tanta la destrucción de Gaza que ya nada que haga o deje de hacer Israel tiene efecto alguno. En Gaza se han lanzado el equivalente a ocho bombas nucleares, a pesar de que la dirigencia política de Hamas está en Qatar y que todo el mundo lo sabe. De cualquier manera, la situación para Netanyahu no es buena, porque todos los que mueren luchando contra Israel se convierten en mártires. Los mártires en las guerras son más efectivos que cualquier ejército, porque hacen que más jóvenes se unan a la causa y la fortalezcan.

 

Además, Hamas sabe fragmentarse como el mercurio y como una avezada guerrilla sabe atacar y esconderse para resistir el combate contra el poderoso ejército israelí. Se calcula que Hamas tenía entre 30 y 40 mil combatientes cuando comenzó la guerra y que han perdido alrededor de 10 mil o 12 mil milicianos en el último año. Sin embargo, se estima que se han incorporado a sus filas entre 30 y 40 mil nuevos jóvenes dispuestos a morir siendo parte de la resistencia.

 

La estrategia de Hamas no es expulsar al ejército israelí de Gaza (tampoco podría hacerlo), sino prolongar la batalla y evitar la derrota. Así se ganan las guerras asimétricas. Lo cierto es que si Israel llegara a perder la guerra, perderían todas las élites occidentales y no solamente el sur de Europa como lo señaló hace poco el expresidente Aznar. Por esta razón y por muchas otras razones como, por ejemplo, que en las filas de Hezbolá hay cristianos o que el ejército israelí está muy occidentalizado y que no todos sus soldados están dispuestos a sacrificarse por avanzar 40 metros en el territorio de otro Estado, queda en evidencia de que este conflicto ya no es del todo religioso.

 

Ahora bien, después de la Guerra Fría el mundo perdió el tensionante balance que había entre Rusia y Estados Unidos. Desde entonces los norteamericanos se volvieron los únicos dueños del mundo. Por lo tanto, el problema geopolítico de hoy es el regreso de Rusia junto a China para disputarse o compartir la hegemonía en el planeta. Pareciera contradictorio, pero el regreso del equilibrio es lo que está generando la nueva tensión geopolítica.

 

Los analistas no entienden cómo Estados Unidos y Europa no vieron venir esta situación hace quince años. Más aún, sabiendo que los rusos y los chinos nunca fueron cercanos. Es más, los rusos siempre se han considerado occidentales, aunque Europa torpemente los haya maltratado. Putin quería que su país fuera europeo y Occidente le respondió con un palo en la mano. Rusia, por ejemplo, le ayudó a Estados Unidos en la guerra contra Afganistán, porque por Irán y Pakistán los gringos no podían pasar.


Entonces, si el siglo XX terminó con el fin de la Unión Soviética, el siglo XXI no ha comenzado. Dicho de otro modo, estamos viviendo una especie de paréntesis y la historia podría definirse en los próximos 3 o 4 meses. Estamos en el momento más peligroso en la historia de la humanidad. Por ejemplo, hoy ya se pueden usar bombas nucleares de medio kilotón o de un kilotón. También se les conoce como bombas nucleares tácticas y se pueden utilizar contra países que no tengan la capacidad de responder proporcionalmente a la agresión.

 

De cualquier manera, China es hoy la fábrica del mundo. Su capacidad industrial es mayor a la de Europa, Estados Unidos y todos los países occidentales juntos. El puerto de Shanghái es el más importante del mundo. Además, los chinos son el mayor productor de buques portacontenedores. En fin, lo que quiero decir con esto es que con China las cosas son a otro precio. Un problema de aranceles y de sanciones comerciales puede desencadenar en una guerra, aunque la capacidad nuclear de Rusia, China y Estados Unidos hace improbable un conflicto bélico entre ellos.

 

Lo cierto es que después de Ucrania Putin va a ir por Moldavia, una exrepública soviética que acaba de ingresar a la Unión Europea. Lo curioso es que la presidenta de Moldavia quiere que su país sea parte de Rumania. Mientras escribo estas líneas, Moldavia y Rumania se están armando hasta los dientes. Están construyendo una base militar más grande que “la gran dama”, una red de bases militares norteamericanas a ambos lados de la frontera entre Kosovo y Macedonia. La 101 División Aerotransportada de Estados Unidos se encuentra allí ubicada.


Recientemente la presidenta moldava Maia Sandu anuló el idioma moldavo de la constitución, argumentando que sólo existía el idioma rumano y desde entonces su gobierno despacha desde Rumania. Hace pocos días hubo un referendo en Moldavia para decidir si el país entraba o no a la Unión Europea y el sí ganó por un estrecho margen. Lo anecdótico del cuento es que los que querían adherir a la Unión Europea viven por fuera de Moldavia y los que no querían un problema con Rusia viven en Moldavia. Además, a los moldavos que viven en Rusia no se les permitió votar.

 

Moldavia es un país pobre y pequeño, pero estratégicamente localizado. Es la puerta de entrada a Rusia. Así que después de Ucrania Putin va a ir por Moldavia y luego por Georgia. Los georgianos ya perdieron dos regiones por allá en el 2008 y hoy son reconocidas como independientes por el kremlin. De cualquier manera, dicen que la presidenta de Georgia es una agente occidental con pasaporte francés. En realidad es una georgiana formada en Francia que acaba de denunciar un presunto fraude y la injerencia de Moscú en las elecciones legislativas, donde ganó las mayorías el partido prorruso.

 

Por otro lado, tengo la sensación de que si Trump gana las elecciones presidenciales el próximo 5 de noviembre, el vicepresidente en el papel será Vance, pero el verdadero poder lo tendrá Elon Musk. También creo que el gobierno israelí vivió una amarga experiencia durante la anterior administración de Trump, donde por primera vez sintieron que Estados Unidos les dio la espalda o que condicionó su respaldo militar. Cabe agregar que, con las excepción de un puñado de billonarios, los grandes capitales de Estados Unidos, el gobierno israelí y la comunidad judía están con los demócratas. Es decir, con los Clinton, los Obama y Kamala Harris.

 

Retomando el tema, Israel está en un problema, porque tiene ocho frentes de guerra abiertos y no tiene cómo aguantar una guerra prolongada por razones geográficas y económicas, a pesar de contar con la ayuda de Estados Unidos e Inglaterra. El que piense lo contrario que mire la situación de Ucrania. Lo cierto es que, de los más de 100 objetivos iranís “filtrados” por el Pentágono, Israel bombardeó tres. Una fábrica de drones, un cuartel desocupado y una batería antiaérea. Otros dicen que el primer ataque fue a unos radares en la región de Ilam. En todo caso, las tres regiones golpeadas fueron la ciudad kurda de Ilam, la capital Teherán y la provincia de Juzestán, una de las 31 provincias de Irán. El saldo del ataque fue de un civil y cuatro soldados iranís muertos.


La ofensiva militar se llevó a cabo dos días después de la Cumbre de los BRICS y diez días antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El ataque fue como en La Llave lo habíamos pronosticado. A través de Jordania e Iraq y sin golpear las centrales nucleares ni las instalaciones petroleras o gasíferas para no afectar los intereses de terceros países y tratar de quedar a mano con Irán.

 

En otras palabras, el ataque de Israel fue más una propaganda que un verdadero golpe militar. No hay datos precisos, pero se calcula que entre 100 y 120 bombarderos israelís participaron en la operación militar. La distancia entre Israel e Irán es de 2.300 kilómetros aproximadamente. Los bombarderos de Israel pasaron por Jordania y luego por Iraq con la colaboración de la base norteamericana en Bagdad, pero sin penetrar el espacio aéreo de Irán. Los bombarderos se quedaron a una distancia de entre 70 y 100 kilómetros y desde allí lanzaron los misiles.

 

Casi todo el mundo musulmán condenó el ataque de Israel. Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Omán, entre otros países manifestaron su voz de rechazo. El aislamiento de Israel es cada vez mayor. Ahora bien, lo que menos le conviene al gobierno de Israel es que Irán deje las cosas así y se aleje la posibilidad de que Estados Unidos tenga que intervenir directamente en la región. Netanyahu necesita un escalamiento de la guerra y todo el mundo lo sabe. Tal vez por eso dijo que, “esta guerra es una guerra existencial”, porque si la pierden lo pierden todo. Es decir, que Israel estaría dispuesto a recurrir a la “Doctrina Sansón” e incendiar a la región nuclearmente en caso de estar ante la posibilidad de una derrota militar. Afortunadamente ni Rusia, China o Estados Unidos quieren una guerra nuclear.


Entre otras cosas, porque el impacto de un misil hipersónico al depósito de armas nucleares en Dimona representaría el fin de Israel. En estos momentos me informan desde el Medio Oriente que las milicias iraquís y sirias están bombardeando los Altos del Golán. Continuará…

 

LANZA LLAMAS:

 

Gracias a la cumbre de los BRICS China e India pudieron resolver sus problemas fronterizos y limítrofes, asunto que Naciones Unidas nunca pudo arbitrar con éxito.

 

DOCUMENTO AUDIOVISUAL COMPLEMENTARIO:

 

ENLACE: 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
 

Comments


  • X
  • alt.text.label.Instagram
  • alt.text.label.Facebook
  • alt.text.label.YouTube

©2025 por LA LLAVE. Creado con Wix.com

bottom of page