PETRO EN SU LABERINTO
- Jorge B
- 1 jun
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Jorge Garcés B.
El Paro Nacional terminó convirtiéndose en dos días de fiesta y el país anduvo a media marcha con algunas excepciones en el sur de Bogotá. En Cali, por ejemplo, la tranquilidad fue absoluta, demostrando que los jóvenes de la Primera Línea vienen siendo exitosamente apoyados por las fundaciones Propacífico, Vallenpaz y Sidoc, entre otras corporaciones sin ánimo de lucro.
La pregunta que me hago es: ¿y dónde andan los indígenas?, porque el fracaso del Paro Nacional fue tan estruendoso que todavía el presidente Petro y el ministro Benedetti andan diciendo que ellos no lo convocaron. Lo cierto es que Colombia pasó de la posibilidad de un golpe cívico-militar, impulsado por un sector de las élites, al autogolpe o a la imposibilidad del presidente para gobernar.
Gustavo Petro perdió la gobernabilidad hasta en la calle. No obstante, sigue teniendo un tinte autoritario que se manifiesta en las red social X, en los discursos que pronuncia en la plaza pública, en las alocuciones en televisión abierta, cuando la audiencia de radio y televisión es más alta y en los decretos que expide para desviar la atención sobre el fracaso de un gobierno que le incomoda la democracia, porque no sabe gobernar.
Así es Colombia. Hace una semana los que intentamos generar opinión estábamos alertas sobre la posibilidad de una ruptura institucional, pero después del Paro Nacional ha quedado claro que el futuro inmediato del país seguirá siendo democrático. Esto no significa que no haya un agotamiento del Estado Social de Derecho y de sus instituciones democráticas, porque políticamente el país está estancado.
Pero no deja de ser paradójico que Gustavo Petro haya sido parlamentario de oposición durante 20 años y que ahora no soporte el control político. En todo caso, Colombia no va rumbo a seguir los pasos de Venezuela ni de Perú. Chávez tuvo la chequera de Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) y Petro tiene a Ecopetrol al borde del colapso. Perú tuvo seis presidentes entre los años 2016 y 2023 y Colombia es el país de América Latina con menos años de dictadura.
En el siglo XIX, más exactamente en 1854 tuvimos durante ocho meses al general José María Melo. Y en el siglo XX sólo tuvimos los casos de Rojas Pinilla y la Junta Militar entre 1953 y 1958. Además, tumbar a un presidente en Colombia es prácticamente imposible, porque el diseño constitucional para que las dos cámaras del Congreso le adelanten un juicio político es sumamente complejo.
Esto no significa que dejemos de estar alertas o que bajemos la guardia, pero hay que tratar de despolarizar al país y el próximo gobierno tendrá la tarea de reactivar la economía, haciendo un especial énfasis en la clase media por su capacidad de irradiar dinamismo al resto de la sociedad y por ser el mejor muro de contención para las aventuras socialistas y las autocracias. Ahora bien, es verdad que el consumo está disparado, pero la inversión ha disminuido notablemente.
Por otra parte, nunca es tarde para tratar de construir consensos y recuperar la confianza ciudadana en los partidos políticos, porque son el puente entre los ciudadanos y el Estado y, porque son las arterias de la democracia liberal. En todo caso, me resulta increíble que las centrales obreras estén convocando nuevamente a un nuevo Paro Nacional para el próximo 11 de junio, porque pareciera que el Gobierno Nacional y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de verdad estuvieran apostándole a una parálisis institucional.
Por eso, considero que la oposición debería ser menos obstruccionista y más propositiva y el gobierno debería estar más dispuesto a concertar sus reformas con la oposición. A ambos les hace falta “grandeza histórica” para ponerlo en palabras de Eduardo Pizarro y para construir acuerdos nacionales, profundizar la democracia y fortalecer la economía, entre otras tareas. Colombia necesita compromisos y consensos partidistas, pero postelectorales. Es decir, después de que unos hayan ganado y otros hayan perdido en franca lid para consolidar la alternancia en el poder y las reglas democráticas.
LANZA LLAMAS:
No entiendo cómo la comunidad internacional y Naciones Unidas pueden tolerar lo que está ocurriendo en Gaza. Yo sí comparo a Gaza con Auschwitz, porque los considero moralmente comparables.
DOCUMENTO DE REFERENCIA Y/O CONSULTA:
PIZARRO, EDUARDO. “Ni golpes militares ni golpes civiles. La tradición civilista en Colombia (1831-2024)”. Penguin Random House. Grupo Editorial S.A.S., Bogotá D.C., Colombia - 2024.
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