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SOMOS LO QUE LA EDUCACIÓN NOS PERMITE SER II


Jorge Garcés B.

 

 

La educación en Colombia tiene problemas viejos sin resolver y problemas nuevos que debe examinar, pero no será mi tarea enumerarlos todos en esta reflexión. Lo cierto es que la comunidad científica sigue sin consolidarse y el país continúa careciendo de profesores con una mejor formación.

 

Además, no podemos convertirnos en una “sociedad del conocimiento” sin que existan las condiciones para un libre acceso al conocimiento; sin recursos suficientes para la investigación; sin la libertad de pensamiento y de cátedra en algunas universidades privadas, todos principios básicos de la ciencia y la academia en el mundo occidental.

 

Por si fuera poco, en palabras del profesor e investigador Juan Manuel Pavía, “la educación y la política de educación en Colombia es una colcha de retazos. Es ambigua, elitista y continúa sin asumir las necesidades sociales y culturales para su desarrollo en los territorios”, donde debería complementarse con el saber popular.

 

Ahora bien, la autonomía universitaria en Colombia tiene rango constitucional y existe hace 900 años en Occidente. Sin embargo, la libertad debe tener un límite. Todo derecho trae consigo una responsabilidad y la libertad para investigar, discutir, enseñar y estudiar no deberían ser patente de corso para los argumentos de autoridad o para que unos grupos de poder se expresen violentamente. Destruir la infraestructura universitaria y agredir a la Policía no los convierte en un interlocutor válido del alma mater.

 

Una de las paradojas de la autonomía universitaria es que las universidades en vez de abrirse al mundo se cierran o se abren para cerrarse. Tal vez por eso “no todo lo que suena a democracia realmente lo es”, palabras del exrector Wasserman. De todas maneras, la única fuerza válida en una universidad debe ser la de los argumentos y las ideas, porque los violentos como en cualquier parte del mundo deben ser sometidos a la justicia y la ley.

 

Por lo tanto, es mil veces preferible hablar de otro tipo de conflictos. Por ejemplo, tenemos el caso de Darwin y las controversias alrededor de “El origen de la vida”. Sus aciertos en la teoría de la evolución, sus desaciertos por no haber tenido la teoría genética moderna a la mano y las resistencias naturales que generaba en sus pares el hecho de haber nacido en una familia acomodada. El punto es que este tipo de conflictos, el de los genes vs el individuo, su entorno y el azar, ayudan a comprender mucho mejor a la realidad y sus espejismos.

 

En todo caso, en la academia se busca la verdad, aunque esta no exista, se cazan mitos o se desmitifican verdades y se abstiene de “biologizar a la moral”. Entre otras cosas, el profesor Wasserman tiene razón: “las universidades se equivocan menos que los gobiernos”, a pesar de que la obsesión de los académicos pareciera ser el conflicto y no la resolución de conflictos. En tal sentido, el gremio académico es igual de complejo, competitivo y vanidoso que los demás. Sin embargo, también tiene sus particularidades históricas, porque, así como forjaron la Edad Media, también forjaron el Renacimiento.

 

En el gremio académico el objetivo no es el consenso. Las discusiones son más amplias. La transmisión de ideas requiere de cierta consistencia lógica. Se cuestiona la verdad establecida. Las propuestas se revisan. Las interpretaciones se confrontan. La indisciplina se valora cuando es creativa. Los errores se vuelven caminos y hasta el tiempo suele ir más despacio en los campus universitarios. Espero no estar idealizando a los encargados de producir conocimientos éticamente para resolver los problemas del mundo y transformar a los hombres.

 

LANZA LLAMAS:


Siento una profunda impotencia por lo que está pasando en materia de orden público y con la salud de los maestros. Por si fuera poco, el Gobierno Nacional piensa modificar la regla fiscal y Bank of America bajó su recomendación para invertir en Colombia.


DOCUMENTO AUDIOVISUAL COMPLEMENTARIO:

 

“SOMOS LO QUE LA EDUCACIÓN NOS PERMITE SER (SEGUNDA PARTE)

 

DOCUMENTOS DE REFERENCIA Y/O CONSULTA:

 

WASSERMAN MOISÉS. “La educación en Colombia”. Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.S., Bogotá, 2021.

 

WASSERMAN MOISÉS. “Buscando el futuro. Educación superior para Colombia en siglo XXI”. Editorial Universidad Nacional de Colombia. Bogotá D. C., abril de 2012.

 

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