Jorge Garcés B.
La educación humaniza a las personas y organiza a las sociedades. Somos lo que la educación nos permite ser. Por eso, la educación debería llenarnos de dudas, porque sólo los dubitativos pueden acercarse a “la verdad”. La duda es una afortunada deuda de la historia y un superávit de los que saben. Desde el otro lado del mar, “aprender es olvidar”. Por ejemplo, que hubo educación antes que historia; que las primeras clases fueron de culinaria y, que luego vinieron las de lenguaje y escritura, pero que desde siempre la educación ha tenido una estrecha relación con la moral religiosa, la autoridad y el poder.
Cicerón decía, que le debemos a los griegos la cultura y a los romanos la moral. Y Séneca fue uno de los primeros en cuestionar a la educación, porque la consideraba aburrida, cruel y contraria a las necesidades de los ciudadanos. Hoy, un debate contemporáneo se plantea si la educación debiese estar al servicio de las empresas o no. En otras palabras, la discusión es sobre si formar seres humanos integrales o educar a los jóvenes para ser útiles en una labor específica y con una técnica que se ajuste a la oferta laboral.
El expresidente Obama en su momento propuso formar a un millón de jóvenes y a 100 mil profesores para las carreras de Ingeniería, Tecnología y Matemáticas, pensando en la volatilidad de un mundo cambiante y en los nuevos desafíos. Paradójicamente y según Moisés Wasserman, con la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA), las personas formadas en las Ciencias Humanas, las Ciencias Sociales y las Artes, están mejor preparadas para los tiempos que se avecinan, porque saben trabajar en equipo, son creativos y, porque saben de todo un poquito. Sin embargo, el pensamiento crítico y la sensibilidad serán tan importantes como las Matemáticas y demás disciplinas para un mundo que hoy exige educación permanente y continua.
En consecuencia, habrá que estudiar toda la vida para construir unas bases lo suficientemente sólidas como para poder navegar en la tormenta. De tal manera, que las universidades serán grandes “jugadoras globales” y deberán dar respuestas a grandes retos globales tales como el de las energías limpias, agua potable, seguridad alimentaria, cambio climático, futuras pandemias, redes sociales e Inteligencia Artificial (IA).
Entonces, habrá que innovar. Innovar no siempre es sinónimo de acierto, éxito o progreso y estos tres no siempre son lineales. Se puede innovar con algo que antes no existía, generando una ruptura con el mundo anterior, con la relación profesor-alumno y con todo el sistema educativo o se puede innovar retomando prácticas tradicionales, que se consideraban obsoletas. De cualquier forma, la innovación educativa casi siempre responde a una evolución gradual y de mejoras, que de tiempo atrás vienen acumulándose.
El punto es que la educación debe convertirse en “un motor de equidad”, que elimine las barreras sociales. El sistema educativo debe ofrecer una alta calidad, empezando con la primera infancia. La educación nos vuelve poderosos como especie y nos recuerda que todos hacemos parte de este proceso evolutivo y que debemos tener en cuenta a las injusticias sociales para cerrar brechas, prevenir conflictos y ensancharnos dentro de la “sociedad del conocimiento”.
Según el profesor Wasserman, la educación en Colombia debe concentrar sus esfuerzos en la biodiversidad, la producción, la sostenibilidad y la equidad. Me atrevería a agregar a la “educación en línea” o a la conectividad. Para ello, es urgente crear una política de Estado para la formación de profesores y consolidar un sistema educativo, donde el contexto, el pensamiento crítico, la sensibilidad y una cultura de la proposición nos ayude a innovar y a conectarnos con lo que queremos ser y con quienes queremos interactuar.
LANZA LLAMAS:
En Colombia el 40 % de las extorsiones provienen de las cárceles. Entonces, ¿para qué son las cárceles? Necesitamos una política criminal, que replantee el sistema penitenciario del país y liquide al INPEC.
DOCUMENTO AUDIOVISUAL COMPLEMENTARIO:
“Somos lo que la educación nos permite ser".
DOCUMENTOS DE REFERENCIA Y/O CONSULTA:
WASSERMAN MOISÉS. “La educación en Colombia”. Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.S., Bogotá, 2021.
WASSERMAN MOISÉS. “Buscando el futuro. Educación superior para Colombia en siglo XXI”. Editorial Universidad Nacional de Colombia. Bogotá D. C., abril de 2012.
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