REPORTAJE ESPECIAL: EL MUNDO ESTÁ EN UN PROBLEMA

Jorge Garcés B.

Nadie sabe a ciencia cierta si Estados Unidos va a entrar de lleno en la guerra contra Irán o si los iraníes tienen oculta la bomba nuclear. Por lo pronto, las autoridades de Pakistán ya fueron lo suficientemente claras: “si Israel lanza una bomba nuclear sobre Teherán, nosotros lanzaremos una bomba nuclear sobre ellos”, porque los pakistaníes saben que son los próximos en la lista. Por otra parte, el negociador geopolítico de Putin, el señor Kirill A. Dmitriev, dejó sembrada la duda y dijo que de pronto Irán tenía la bomba nuclear, aunque advirtió que esa no era su área de experticia. Otro país que también le declaró su apoyo a los iraníes fue Arabia Saudita.

Como puede empezarse a ver en este relato, Irán no está solo, no es Palestina y tampoco será Gaza. Lo cierto es que la desinformación es total, porque el engaño también es una manera de hacer la guerra y de sobrevivir en este mundo. En eso Israel le lleva una enorme ventaja a los iraníes, porque tiene de su lado a la prensa occidental. Por ejemplo, me informan que Irán está demostrando superioridad aérea sobre el cielo de Tel Aviv y el norte de Israel, pero los medios de comunicación dicen todo lo contrario. Palabras más, palabras menos, mis fuentes me indican que Tel Aviv está como el sur de Beirut.

Más allá de si sea cierto o no, otra ventaja con respecto a Irán es que Israel nunca ha tenido que firmar el Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) ni ha tenido que someterse a las visitas del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y se estima que tiene más de 500 cabezas nucleares.

Por otra parte, sigue sin haber un consenso entre los seguidores del presidente Trump (MAGA) sobre si Estados Unidos debe apoyar militar y financieramente a Israel. Lo cierto es que los israelís no tienen la capacidad militar de derrotar a Irán sin el apoyo de Estados Unidos. Para decirlo de otra manera, Israel comenzó esta guerra, pero Estados Unidos es el único que puede terminarla.

Cabe agregar, que si los iraníes no tienen la bomba nuclear oculta, su sobrevivencia dependerá de Rusia y China. No olvidemos que Irán tenía firmado un acuerdo nuclear con el presidente Obama y fue el presidente Trump durante su primer mandato quien lo rompió en mil pedazos.

Lo paradójico del asunto es que ahora es el presidente Trump el que quiere que Irán vuelva a la mesa de negociación. Entre tanto, dicen que los drones que está utilizando Irán provienen del norte. Es decir, que Azerbaiyán se los está suministrando. También se rumora que los iraníes todavía no han comenzado a utilizar sus armas más modernas y por eso la guerra podría intensificarse.

No obstante, en una eventual reconfiguración del Medio Oriente, Israel tendría que estar en el centro. Al menos de que los israelís decidan emplear la opción Sansón antes de tiempo. Es decir, lanzarle una bomba nuclear a Irán, otra a Yemen y suicidarse, porque Netanyahu ya cruzó todas las líneas rojas como criminal de guerra.   

En consecuencia, tres portaaviones nucleares de la Marina de los Estados Unidos se están desplazando en estos momentos hacia el Medio Oriente junto a un portaaviones de Gran Bretaña, incrementando la posibilidad de que Trump decida bombardear a Irán en las próximas dos semanas. Por eso, los señores Trump y Putin son los únicos que pueden detener esta guerra o convertirla en la Tercera Guerra Mundial.

Ahora bien, Irán tiene tres veces el tamaño de España y noventa millones de habitantes. Por el otro lado, Israel es más pequeña que la Comunidad Valenciana, la mitad de su territorio es un desierto (Néguev) y cuenta con diez millones de connacionales. Toda la población de Israel está en una franja entre la ciudad de Ascalón y la ciudad de Haifa. Para ponerlo en perspectiva, esta franja representa la quinta parte de la Comunidad Valenciana.

Menciono lo anterior, porque el tamaño de Israel es una de las razones de porqué necesita el apoyo militar y disuasivo de Estados Unidos. El problema es que Trump podría bombardear a Irán, pero no tiene la capacidad militar ni la locura suficiente de pretender ocuparlo. Además, las centrales nucleares iraníes son ciudadelas que están en promedio a 300 metros de granito por debajo de la tierra, donde ni el MOAB (Mother Of All Bombs) o las bombas antibúnker podrían penetrar, porque su capacidad es de 60 metros.

El punto es que Israel quiere cambiar el régimen de Irán o desatar el caos y comenzar a disputarse el control del gas y del petróleo, como actualmente ocurre en Siria y en el Líbano. Por lo tanto, Irán necesita que Rusia y China le digan a Estados Unidos que no se meta, porque Irán controlado por Occidente significaría el fin del corredor ruso-iraní, (norte-sur) y China se quedaría sin el suministro de petróleo y gas, obligándolo a cambiar planes trazados desde hace más de treinta años.

En otras palabras, el objetivo no es Irán, sino China y a los chinos se les quiere debilitar a través de Irán, aprovechándose de que los iraníes no tienen aparentemente la bomba nuclear. Dicho de otro modo, China y Rusia se pueden dar el lujo de perder a Siria, pero no a Irán y Estados Unidos se puede dar el lujo de perder a Ucrania, pero no a Israel.

En todo caso, Trump debe estar hablando con Putin, porque la geopolítica es un permanente cálculo de intereses. Lo cierto es que Estados Unidos puede bombardear a Teherán, pero no puede matar a 90 millones de iraníes, porque se metería en un lío muy grande e Irán no es Yemen y tampoco será Gaza. El mundo está en un problema. Continuará…

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