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EL TAMAÑO DE LA PAZ

Actualizado: 12 may

Jorge Garcés B.

 

 

¨La paz tiene sus tiempos” y es tan importante la voluntad política de las partes como la metodología que se implemente. La paz es un saber y no una cuestión instintiva a cargo de excombatientes bien intencionados como Vera Grabe y Otty Patiño; que hicieron la paz en los años noventa, pero la experiencia y la voluntad política no parecen ser suficientes para pacificar al país de hoy.

 

Por otro lado, el gobierno abrió demasiados frentes de negociación y se apresuró decretando ceses al fuego a diestra y siniestra sin ni siquiera tener una ley de sometimiento o mucho menos un verdadero plan de choque para enfrentar la inseguridad urbana. Por ejemplo, casi siempre que se anuncia un aumento del pie de fuerza, esto representa una reducción del pie de fuerza en otro lugar del país.

 

Además, la mayoría de los soldados, policías y bachilleres que llegan a reforzar la seguridad de las urbes o de las zonas rurales, llegan sin conocer la ciudad o el campo, sin conocer sus dinámicas y geografía; colocándolos en una evidente desventaja frente a los grupos armados, que hoy se disputan los territorios, los corredores estratégicos y las rentas ilegales. Por eso, el desafío de hoy es sacar a alrededor de quince mil jóvenes del conflicto.


En síntesis, el estado de cosas es el siguiente: el Comando Central del ELN (COCE) no tiene el control de un número importante de sus frentes, particularmente en los departamentos del Chocó y Nariño. Y alias Iván Mordisco, perdió el control del Estado Mayor Central, especialmente el mando sobre los frentes que operan en el sur del país. Entre tanto, las comunidades se resignan o se desplazan, al presidente Petro lo abuchean en los eventos de la Policía y lo mismo le ocurre al ministro de Defensa en los eventos con los militares.

 

Sin embargo, no hay nada más conveniente que el diálogo para seguir abriendo espacios de participación política y reconocer que los violentos tienen razones que, no justifican su barbarie, pero que explican el carácter político de la guerra en Colombia. Dicho de otro modo, el tamaño de la paz es proporcional a la tajada de poder, que el Establecimiento esté dispuesto a negociar o ceder.

 

Nadie ha podido resolver el problema del poder, pero sería perfectamente posible trabajar en mejorar las relaciones de poder; donde la democracia no se negocie, donde cualquier reforma constitucional se haga dentro del marco de la institucionalidad del país y donde cualquier cambio en la política económica sea realista. Estoy hablando de “una negociación con el poder y sobre el poder”, como el exministro Rafael Pardo en su más reciente libro lo plantea (“Horizontes para la paz”).

 

Cabe agregar, que una sociedad organizada tiene más poder que cualquier gobierno en particular. Los ciudadanos legitiman o deslegitiman a los gobernantes. Es decir, que una sociedad empodera o debilita a sus representantes políticos y que esta condición democrática determina la fuerza de un gobernante a la hora de hacer la guerra o negociar la paz.

 

Así que, el escándalo de la Unidad de Gestión de Riesgo (UNGRD) deslegitima a las reformas del Gobierno Nacional, que hoy cursan su trámite en el Congreso; y dada la responsabilidad política que le atañe al presidente Petro, este impase afectará su gobernabilidad. Las dos cámaras del Congreso ya se encuentran paralizadas y debo confesar que, desde el gobierno del presidente Pastrana, no sentía a las Fuerzas Armadas de Colombia tan débiles y confundidas como hoy parecen estar.

 

Digo lo anterior, porque no será posible alcanzar una paz grande, justa, digna y duradera sin una fuerza pública fuerte y motivada. Tampoco será posible alcanzar la paz que todos anhelamos sin una clase política honesta. Es decir, sin resolver la crisis de representatividad. Y el tercer pilar para comenzar a pacificar al país depende de una clase dirigente generosa y consciente de su responsabilidad histórica para mejorar las relaciones de poder con el otro.

 

La paz significa cambio. Un cambio sensato, democrático y acordado. No a la brava ni con el chantaje de la revolución y el fusil en las manos. Entre otras cosas, porque el conflicto en Colombia está dejando de ser ideológico, aunque mantenga algunas “motivaciones racionales”. Por eso es tan grave que esté fracasando el primer gobierno de izquierdas. En palabras del exdirector de Planeación Jorge Iván González, “más que una constituyente, todo lo que necesita Colombia está en el Plan Nacional de Desarrollo” (PND).

 

En síntesis, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) recomienda lo siguiente: Colombia es un país que debe desarrollar su economía, asentamientos y relaciones humanas teniendo en cuenta su geografía y el agua. También debe actualizar la información sobre el valor comercial, especialmente el de la tierra, su uso y vocación para modernizar el campo, integrar al país y conectarlo. Y se debe pensar en un ingreso básico para todos los ciudadanos. En palabras del sabio Jorge Iván González, esto sería una verdadera revolución factible, pacífica y financiable.

 

El debate está en el límite de la financiación estatal, porque los recursos son escasos. La idea es que los ciudadanos puedan ser lo que quieran ser sin que la ausencia de un ingreso básico se lo impida. Hace dos años se viene implementando en Alemania el experimento de la renta básica universal. 1.200 dólares mensuales para ciento y pico de personas. Pronto conoceremos los resultados de este ensayo y su aplicabilidad para otros lugares del mundo.

 

Lo que plantea el economista y filósofo Jorge Iván González, es que la economía no debería ser un problema determinante para nosotros los seres humanos. Un ingreso básico mensual para todos los ciudadanos significaría para la inmensa mayoría de los colombianos invertir menos dinero en vivienda para comer mejor, para tener más tiempo para pensar, para el ocio o “para conocer el mar”. Traigo a colación lo anterior, porque el tamaño de la paz debería tener en cuenta estos asuntos.

 

No obstante, y como lo decía anteriormente, la paz se construye con planteamientos fácticos y financiables. Aquí es donde aparentemente está fallando el presidente Petro, porque no está implementando el Plan Nacional de Desarrollo (PND); desperdiciando la oportunidad de que el primer proyecto político de izquierdas en Colombia, alcance nuevas reivindicaciones sociales y nuevas normas de carácter moral para la pacificación del país.


LANZA LLAMAS:

 

¡Feliz Día de la Madre!

 

DOCUMENTO AUDIOVISUAL COMPLEMENTARIO:

 

“EL TAMAÑO DE LA PAZ”.

 

DOCUMENTOS DE REFERENCIA Y/O CONSULTA:

 

RUEDA PARDO RAFAEL. “Horizontes para la paz”. Editorial Planeta Colombiana

S. A., febrero de 2024, Bogotá.

 

GONZÁLEZ IVÁN JORGE. Conferencia virtual. - “La Colombia que yo sueño”.

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